Teatro “El coloquio de los genios”

Teatro “El coloquio de los genios”

Viernes 15 de abril de 2016

El coloquio de los genios o encuentro de Miguel de Cervantes y William Shakespeare

En algún lugar de las Españas a principios del S. XVII (posiblemente Valladolid, posiblemente 1605), un extranjero llega de su Inglaterra natal para conocer mejor el país más poderoso del mundo en la época, donde no se ponía el sol. Había sido llamado por el Duque de Lerma para participar en los eventos del bautizo del que sería el futuro rey Felipe IV,
ya que, avieso y torcido, el Duque no se fiaba de la lealtad que los hombres de letras españoles pudieran tener con el monarca actual.

Durante las fechas previas al nacimiento, se publicaba la primera parte de la novela más famosa de todos los tiempos: El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha. Interesado por su autor, pues el inglés también era interesado en letras, descubre que se encuentra muy cerca.

Yendo por la Corredera de san Pablo, preguntó a un caballero por la identidad del autor del Quijote. Sorprendido, con casi la tinta sin secar, díjole el caballero que quién se interesaba por un texto y su autor tan recién salidos a la luz. “El Bardo de Avon, natural de Stradfor, Inglaterra”, respondió en un castellano más que decente.

El Bardo inglés era William Shakespeare. El caballero de la Corredera de San Pablo, Miguel de Cervantes. Tal fue el reto que se pusieron: quien, en su lengua, habría de ser recordado para toda la Eternidad. El inglés lo tenía difícil, pues conocía el texto de Cervantes, así que, envalentonado, le propuso un duelo: mostrar su talento el uno al otro y que fuera juzgado por el pueblo las preferencias de uno o de otro.

Cervantes, seguro de su triunfo, le presentó un entremés famoso suyo:

Los habladores, como haciéndole ver que era charlatanería lo que pretendía. Harto y aburrido de su locuacidad, Shakespeare mientras pensaba en su próxima tragedia: Macbeth, que incluso osó idear presentarla ante el Duque de Lerma.

Al finalizar la chanza, Don Miguel, molesto, le dijo que esta vida era un tránsito, y que la Gloria mejor se alcanzaría en la Eternidad que en vida terrenal. La segunda parte del duelo fue retarse a ver quién mejor daba a entender cómo era el tránsito a la muerte. Nunca llegó a celebrarse… ¿o
sí?

En la segunda parte, transcurridos 11 años, vemos a un William cansado y a Cervantes enfermo. Shakespeare se dispone a la que sería su última representación: Hamlet, príncipe de Dinamarca. Y Don Miguel, viéndose
en el final, creyó ser el mismo Alonso Quijano

Ambos finalmente, se confunden, autor y personaje, Shakespeare y Hamlet, Cervantes y Alonso Quijano.
Quedó el duelo en tablas. Corría el año 1616, pero ninguno de los dos acudió a su cita. Ambos encontraron la muerte en día idéntico.

Preocupados por no haberse avisado, vagaron por los Campos Elíseos durante 4 siglos hasta juntarse, y reconocerse mutuamente como los más
grandes contadores de historias que se haya visto.

Precio.- Venta anticipada 6 euros. En taquilla el mismo día 8 euros